Педро Антонио де Аларкон - Треугольная шляпа / El sombrero de tres picos
Entonces le contó la indignada molinera que el corregidor junto al señor alcalde llevaron un chasco[21], que ella no tenía nada de qué avergonzarse y que el señor corregidor se había quedado en el molino muriéndose.
– Señora, ¿sabe usted lo que dice?
– ¡Lo que usted oye! Se ha caído en el caz, y casi se ha ahogado, o ha cogido una pulmonía, o yo no sé… Yo vengo a buscar a mi marido para salir mañana mismo para Madrid, donde le contaré al rey…
– ¡Demonio, demonio! —murmuró el señor Juan López—. Señá Frasquita, al molino voy… ¡Desgraciada de usted si le ha hecho algún daño al señor corregidor!
Entonces vino Toñuelo exclamando que el tío Lucas se había escapado.
– ¡Virgen del Carmen! —exclamó la señá Frasquita—. ¡Corramos, señor alcalde; no perdamos tiempo!… Mi marido va a matar al corregidor al encontrarlo allí a estas horas…
Y así salieron para el molino el señor alcalde y la señá Frasquita, seguidos del indispensable Toñuelo.
EJERCICIOS1. Contesta a las preguntas.
1) ¿Por qué se asustó el corregidor cuando Garduña le dijo adónde se había dirigido la señá Frasquita?
2) ¿Qué le ocurrió a la molinera en el camino?
3) ¿Cómo recibió el alcalde a la mujer?
2. ¿Verdadero o falso?
1) Cuando vino Garduña el corregidor ya había vuelto en sí y estaba ansioso de perseguir a la señá Frasquita.
2) La molinera en vez de ir a la ciudad se dirigió a ver al alcalde.
3) Cuando descubrieron que el tío Lucas se había escapado todos pensaron que fue a ver a la corregidora.
3. Traduce al español.
Стараясь подняться с пола; на спинку двух или трех стульев; я пропал; ботинки; замочная скважина; в центре поля; супружеские покои; обмануться в ожиданиях; если вы причинили какой-нибудь вред.
4. Conecta los significados de una columna con las palabras de la otra.
procurar…privado de libertad
espaldar…intentar, probar
nupcial....parte de la silla que sirve de apoyo
preso......algo que cura o alivia un daño
remedio....de bodas
5. Completa los huecos con palabras del ejercicio anterior.
1) Lo que has hecho ya no tiene ___________________, nunca podrás volver a hablar con tu amigo.
2) ___________________ no coger frío, a pesar de que hace sol todavía estamos en invierno.
3) Me siento ___________________ en casa, no me dejan salir ni para sacar la basura.
4) Vivieron juntos toda la vida sin comprar la cama ___________________ y no les hizo falta.
5) Para construir una silla necesitas tres partes: patas, asiento y ___________________.
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Precedámosles nosotros, supuesto que tenemos carta blanca[22] para andar más de prisa que nadie.
Garduña se hallaba ya de vuelta en el molino, después de haber buscado a la señá Frasquita por todas las calles de la ciudad. Hasta había visitado ya el corregimiento, pero los otros alguaciles y ministros que estaban allí le dijeron que no habían visto ninguna mujer. Decepcionado, les ordenó no dejar entrar a nadie. ¡Pobre Garduña! ¿Qué se ha hecho de tu olfato?
Fue engañado por la señá Frasquita y tampoco notó al hombre que se escondía en aquel momento detrás de unos mimbres, esperando. Era el tío Lucas, vestido de corregidor, que iba repitiendo:
– ¡También la corregidora es guapa!
Cuando le anunció Garduña al corregidor que la molinera le había engañado y en vez de ir a la ciudad fue al pueblo en busca de su esposo, éste se rió:
– ¡Mejor! ¡Mejor! Antes de que amanezca estarán caminando para las cárceles de la Inquisición, atados codo con codo, el tío Lucas y la señá Frasquita, y allí se pudrirán sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche. Tráeme la ropa, Garduña, que ya estará seca…
Entretanto, la señá Frasquita, el señor Juan López y Toñuelo avanzaban hacia el molino, al cual llegaron pocos minutos después. Penetró primero el señor Juan López bajo la parra, donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado, vestido como solía el molinero.
– ¡Él es! ¡Entréguese usted, tío Lucas! – gritó el alcalde. Toñuelo saltó sobre él, cogiéndolo por el pescuezo, aplicándole una rodilla al espinazo y haciéndole rodar por tierra.
Al mismo tiempo, una especie de fiera saltó sobre Toñuelo, y agarrándolo de la cintura, lo tiró sobre el empedrado y principió a darle de bofetones. Era la señá Frasquita, que defendía a su Lucas.
Pero, en esto, otra persona, que había aparecido llevando del diestro una borrica, se metió entre los dos, y trató de salvar a Toñuelo… Era Garduña, que tomó al alguacil del lugar por don Eugenio de Zúñiga.
Y la derribó a la señá Frasquita de espaldas sobre el lugareño.
La señá Frasquita, viéndose entre dos fuegos, descargó entonces a Garduña tal revés en medio del estómago, que le hizo caer de boca tan largo como era[23].
Y, con él, ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo.
El señor Juan López impedía entretanto levantarse al supuesto tío Lucas, teniéndole plantado un pie sobre los riñones.
– ¡Garduña! ¡Socorro! ¡Favor al rey! ¡Yo soy el corregidor! —gritó al fin don Eugenio, sintiendo que la pezuña del alcalde lo reventaba materialmente.
– ¡El corregidor! ¡Pues es verdad! —dijo el señor Juan López, lleno de asombro…
Después de que todos le reconocieron, el enfadado corregidor quiso mandar a todos a la cárcel. El señor Juan López se defendía diciendo que no le habían reconocido por la ropa del molinero.
– Pues ¿qué ocurre? —preguntó la señá Frasquita.
– Que el tío Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de corregidor – dijo Garduña —… y que Dios sabe si habrá llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la corregidora.
Y el alguacil le refirió en cuatro palabras todo lo que ya sabemos.
– ¡Jesús! —exclamó la molinera—. ¡Conque mi marido me cree deshonrada! ¡Conque ha ido a la ciudad a vengarse! ¡Vamos, vamos a la ciudad, y justificadme a los ojos de mi Lucas!
– ¡Vamos a la ciudad, e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y le cuente todas las majaderías que se haya figurado! —dijo el corregidor, arrimándose a una de las burras.
EJERCICIOS1. Contesta a las preguntas.
1) ¿La encontró Garduña a la señá Frasquita en la ciudad?
2) ¿A quién intentó detener el alcalde?
3) ¿Por qué el corregidor llevaba la ropa del tío Lucas?
2. ¿Verdadero o falso?
1) En el corregimiento Garduña no encontró a la molinera y tampoco vio al tío Lucas.
2) La señá Frasquita se echó a defender al corregidor porque era su querido.
3) El tío Lucas se vistió de corregidor para vengarse.
3. Traduce al español.
Обгоним их; разочарованный; он приказал никому не позволять заходить; что произошло с его чутьем; связанные локоть к локтю; там они сгниют; сдайтесь; хватая его за пояс; находясь между двух огней; катались по полу; не давал встать; мой муж считает меня обесчещенной; вздор, который он себе вообразил.
4. Conecta los significados de una columna con las palabras de la otra.
ordenar......el que ha perdido la honra
pudrir.......coger una cosa con las manos, apretándola
agarrar......poner una cosa en orden, mandar
deshonrado…dicho o hecho imprudente o inoportuno
majadería....descomponerse
5. Completa los huecos con palabras del ejercicio anterior.
1) ¿Acaso eres mi padre? ¿Cómo te atreves a __________________me_?
2) Le dijeron tantas _______________ en la fiesta que decidió tomar un trago de vino y ir a dormir.
3) No tengas miedo, _______________te a mí.
4) ¿Qué te has figurado, mamarracho? ¿Quién te ha dado el permiso de llamarme __________________?
5) Que viva solo y se ________________ allí en su residencia sin comida ni luz siquiera.
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Eran las doce y medio cuando la molinera y el corregidor, cada cual en una de las burras del molino, el señor Juan López en su mula, y los dos alguaciles andando, llegaron a la puerta del corregimiento. La puerta estaba cerrada.
Garduña llamó con el aldabón dos o tres veces. Pasó mucho tiempo, y ni abrieron ni contestaron. La señá Frasquita estaba más amarilla que la cera.
El corregidor se había comido ya todas las uñas de ambas manos.
¡Pum!… ¡Pum!… ¡Pum!…, golpes y más golpes a la puerta del corregimiento. ¡Y nada! ¡No respondía nadie! ¡No abrían! ¡No se movía una mosca!
Y de esta manera transcurrían minutos, largos como eternidades.
– ¡Abrid! ¡Soy el amo!… ¡El corregidor!…– gritó don Eugenio de Zúñiga.
Al final se abrió la puerta y una nube de criados y ministriles, provistos de sendos garrotes, se lanzó sobre los de afuera, exclamando furiosamente:
– ¡A ver! ¿Dónde está ese que dice que es el corregidor? ¿Dónde está ese borracho? ¡Si nuestro amo vino hace una hora!
Y se armó un lío de todos los demonios en medio de la oscuridad, sin poder entenderse nadie, y no dejando de recibir algunos palos el corregidor, Garduña, el señor Juan López y Toñuelo.
Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche, además del remojón que se dio en el caz del molino.
La señá Frasquita, apartada de aquel laberinto, lloraba por la primera vez de su vida…
– ¿Qué escándalo es este? —dijo al fin una voz tranquila, majestuosa y de gracioso timbre, resonando encima de aquella barahúnda. Todos levantaron la cabeza, y vieron a una mujer vestida de negro, asomada al balcón principal del edificio. Era la señora.
– Que pasen esos rústicos… El señor corregidor dice que lo permite… —agregó la corregidora.
Los criados cedieron el paso, y el de Zúñiga y sus compañeros penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba. Ningún reo ha subido al patíbulo con paso tan inseguro y semblante como el corregidor subía las escaleras de su casa.
La corregidora recibió a su esposo y a la rústica comitiva en el salón principal del corregimiento.
Era una dama, bastante joven todavía, de plácida y severa hermosura. Estaba vestida con toda nobleza y seriedad que consentía el gusto de la época. Su atildado traje a semejante hora y la gravedad de su aspecto demostraban que la corregidora se había esforzado en dar a aquella escena una solemnidad teatral para contrastar con el carácter grosero de la aventura de su marido.
Advertiremos, finalmente, que aquella señora se llamaba doña Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros, y que era hija, nieta, biznieta, tataranieta y hasta vigésima nieta de la ciudad, como descendiente de sus ilustres conquistadores. Su familia, por razones de vanidad mundana, le había inducido a casarse con el viejo y acaudalado corregidor. Ya tenía dos hijos del arriscado madrileño.
Conque volvamos a nuestro cuento.
EJERCICIOS1. Contesta a las preguntas.
1) ¿Estaba abierto el corregimiento?
2) ¿Por qué se armó un lío en la puerta?
3) ¿Quién recibió a los visitantes?
2. ¿Verdadero o falso?
1) Los criados tomaron al corregidor por un borracho y se armó un lío.
2) Entretanto la molinera pudo entrar en el corregimiento y sorprender a su marido con otra mujer.
3) La corregidora era descendiente de los conquistadores de la ciudad.
3. Traduce al español.
Постучать дверным молоточком; уже обгрыз все ногти на обеих руках; ни одна муха не пролетела; проходили минуты; вооруженные огромными дубинами; величественный; слуги уступили дорогу; преступник; эшафот; потомок знаменитых завоевателей; состоятельный.
4. Conecta los significados de una columna con las palabras de la otra.
transcurrir…rico
provisto......ceremonioso, grandioso
majestuoso....dotado, suministrado
ceder.........pasar (el tiempo)
acaudalado....dar o dejar a otro voluntariamente cierta cosa
5. Completa los huecos con palabras del ejercicio anterior.
1) Seguían sin saber nada de su hija y así _______________ el invierno.
2) ¿Cómo no le _______________ el paso a un Porsche, tonto? ¿Sabes cuánto tienes que pagar ahora por un simple rasguño?
3) Los padres decidieron casarlo con hija de una familia _______________.
4) En mi vida he visto un vestido más _______________.
5) _______________ de armas, fueron a cazar al jabalí.
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– ¡Mercedes! —exclamó el corregidor al comparecer delante de su esposa.
– ¡Hola, tío Lucas! ¿Usted por aquí? —le dijo la corregidora, interrumpiéndole—. ¿Ocurre alguna desgracia en el molino?
– ¡Señora, no estoy para chanzas! —repuso el corregidor hecho una fiera—. Antes de entrar en explicaciones por mi parte, necesito saber qué ha sido de mi honor…
– Pues entonces, mi querido tío Lucas, pregúntele usted a su mujer… Precisamente nos está escuchando.
La señá Frasquita, que se había quedado a la puerta del salón, lanzó una especie de rugido.
– Pase usted, señora, y siéntese… —añadió la corregidora, dirigiéndose a la molinera.
La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada…, e injuriada acaso doblemente… Así es que dominó sus naturales ímpetus, y guardó un silencio decoroso. La señá Frasquita, segura de su inocencia y de su fuerza, no tenía prisa de defenderse: la tenía, sí, de acusar…, mucha…, pero no ciertamente a la corregidora. Con quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tío Lucas… ¡y el tío Lucas no estaba allí!
La corregidora había adivinado también por instinto, al fijarse en aquella mujer, que se encontró con otra infortunada como ella.
– Conque vamos, tío Lucas… —prosiguió doña Mercedes, dirigiéndose a su marido—. Ahí tiene usted a la señá Frasquita… ¡Puede usted volver a formular su demanda!
– Mercedes, ¡por los clavos de Cristo! —gritó el corregidor—. ¡Mira que tú no sabes de lo que soy capaz! ¿Dónde está ese hombre?